El depósito está fabricado en poliéster, un material conocido por su resistencia a la corrosión, durabilidad y capacidad para soportar condiciones ambientales adversas, como humedad, temperaturas extremas y productos químicos.
Su diseño rectangular permite un aprovechamiento eficiente del espacio, facilitando el almacenamiento y transporte, así como el apilamiento de varios recipientes, optimizando el uso de espacios en almacenes o instalaciones industriales.
La tapa se ajusta de forma segura al depósito, creando un cierre hermético que protege el contenido del polvo, la humedad y otros elementos externos, lo que es especialmente útil para el almacenamiento de productos sensibles o delicados.